Gracias a este documento, podemos conocer con más o menos exactitud el primer momento en que a la sagrada imagen de la Virgen se le colocó la primera imagen de Cristo muerto. Se encuentra en el Libro de cargo y descargo; inventario de los años 1614 a 1619, donde se recoge la primera referencia a la imagen de Cristo yacente en «los brazos» de la Virgen.