Itinerario 2

Sala capitular

Desde el siglo XVII esta estancia es el corazón de la Hermandad, lugar de reunión de los hermanos, donde se han tomado y se toman las decisiones, el espacio donde se desarrollan los «capítulos» y de ahí el nombre que aún hoy se conserva.

Manto de los Gusanitos
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Itinerario 2

Sala capitular

Estamos en un lugar emblemático de la Hermandad, entramos en una estancia que desde el siglo XVII y hasta nuestros días sirve para que los hermanos se reúnan en cabildo o capitulo, de ahí el apelativo de “capitular” , como pueden comprobar conserva el sabor de siglos y mantiene impronta dieciochesca. Sus pinturas son un resumen perfecto de la muy importante relación de la Casa Real española con la Virgen de las Angustias y de las devociones mas importantes de nuestra ciudad. Por ejemplo sobre la mesa de cabildos que preside la sala vemos los retratos orantes de dos grandes benefactores, el rey Felipe II y D. Juan de Austria. Justo debajo y presidiendo la sala una fotografía de la Virgen de las Angustias, coloreada con la técnica del bromóleo, regalo de Don Trinidad López Guevara y Agudo.

En el lateral una pintura de la Virgen de las Angustias con los reyes Fernando VI Y Barbara de Braganza orando ante Ella, fue el 26 de febrero de 1747 cuando este monarca concede el titulo de Real a la Hermandad, declarándose el propio rey como juez privativo y hermano mayor perpetuo de la corporación y es desde este momento cuando la Hermandad toma como heráldica el escudo de armas de dicho monarca, la pintura que da fe de ello la tenemos justo en frente.

Dos lienzos de gran tamaño flanquean la mesa presidencial, a nuestra derecha San Miguel y a nuestra izquierda “ el sueño de Jacob “ obra de Diego García Melgarejo , un pintor formado en Sevilla y establecido en Granada en 1688 que trajo a nuestra ciudad el “ murillismo “. Donado en 1700 por D. Miguel Barneche, hermano mayor de nuestra Hermandad.

Sobre la puerta por la que hemos accedido nos encontramos un lienzo con Jesus Nazareno cargando con la cruz y caído, tirado por “ Marquillo” y ayudado por Simón de Cirene.

Observamos aquí otro manto de la Santísima Virgen, quizás el mas curioso y distinto de todos, esta pieza de bordado en oro sobre raso de seda es conocido como “ el manto de los gusanitos “ , podría denominarse el manto del arte de la seda, algo tan ligado a la historia de nuestra ciudad. Donado por D. Federico Bernades Alavedra , comisario regio del arte de la seda y empresario catalán, gracias a esta donación fue nombrado decano honorario del cuerpo de horquilleros por parte de la Hermandad e hijo adoptivo de la cuidad por parte del Ayuntamiento. El manto fue confeccionado en su fabrica de Barcelona y representa en distintas cenefas todo el proceso natural desde el gusano, las hojas de morera, los capullos y la conversión de la crisálida en mariposa, siendo estas ultimas las que salpican y rellenan todo el centro del manto a modo de como lo hacen las estrellas en otros mantos que ya hemos contemplado. Fue estrenado el día 9 de junio de forma muy solemne y curiosa, puesto que se realizo una procesión, parada militar y Misa de campaña en la cual la sagrada imagen de la Virgen se presentaba colocada en el interior de una granada gigante.

Justo encima de la puerta por la que vamos a salir observamos dos lienzos con retratos de personajes religiosos, el de nuestra derecha en concreto se trata de D. Blas Joaquín Alvarez de Palma, jerezano que fue arzobispo de Granada y mayordomo de la Hermandad en el año 1818, quién en marzo de 1824 regalara el terciopelo para hacer el manto de la Hermandad. Una curiosidad que podemos comentar en este punto es como en esta pintura al igual que pasaba desde el siglo XVII la Virgen de las Angustias es tratada como Patrona de Granada mucho antes del año 1887 en que llegó desde Roma el nombramiento oficial.

Miren el interesante artesonado que adorna el techo y  las dos lámparas en forma de arañas de cristal, traídas desde Murano y regalo de Don Juan Jacinto Vázquez  de Vargas, caballero de la Orden de Santiago, Gentil hombre del rey Carlos II, caballero veinticuatro de la ciudad y gran devoto de la Virgen, además bautizado en este templo.

Fíjense antes de abandonar la estancia en los bellísimos jarrones de porcelana francesa.

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