Magnífico crucificado en marfil cuyas formas tienen un mensaje muy concreto. Se trata de un crucificado de los denominados «jansenitas» por la posición de los brazos asidos completamente en vertical al madero y utilizando, además, cuatro clavos. La utilización de este apelativo se debe a la interpretación de este tipo de crucificados como un reflejo de la idea protestante de que la salvación eterna sería para unos pocos elegidos.
Fue una donación póstuma de D. José Aranda y Beltrán, fallecido el día 11 de noviembre de 1915.