Estas pinturas murales que se encuentran en el postcamarín narran los principales momentos de la Pasión del Señor y recogen escenas únicas. Los frescos son obra de los destacados pintores de la Granada del siglo XVIII, Juan de Medina y José Hidalgo, siguiendo las directrices del mercedario Fray Baltasar de la Pasión.
Estos frescos ocupan las paredes del postcamarín, un espacio dedicado a la Pasión y Muerte del Señor. Obra de los destacados pintores de la Granada del siglo XVIII, Juan de Medina y José Hidalgo, siguiendo las directrices del mercedario Fray Baltasar de la Pasión.
Tomando como referencia la escalera que conduce al Camarín, las obras pictóricas se disponen de izquierda a derecha. La primera representa una escena de devoción piadosa y apócrifa, muy arraigada en el siglo XVII pero hoy en desuso: el «Despedimiento», la despedida de Jesús a su madre antes de afrontar la Pasión. En la pintura, Jesús aparece sentado frente a la Virgen en actitud explicativa, mientras a su alrededor se disponen diversos atributos del martirio.
A continuación, se encuentra la pintura mural de la Aflicción de la Virgen María, representada como una Virgen sedente y dolorosa, con la mirada perdida en representación de la “Transfixión”, que alude al primer dolor de la Virgen. La espada clavada en su corazón refuerza este simbolismo y remite a la primera advocación de la Hermandad. Esta imagen se vincula estrechamente con la pintura central del antecamarín, que representa la Presentación del Niño Jesús en el templo y la profecía del anciano Simeón, origen del primer dolor de la Virgen.
Continúa el mensaje pictórico con la escena evangélica de la coronación de espinas a Jesús tras su flagelación. En el centro de las paredes de este lugar se encuentra el escudo de la Hermandad, escoltado por dos ángeles pasionistas arrodillados y llorando. A continuación, la escena del encuentro de Jesús con la Virgen camino del Calvario y cargando con la cruz. Enmarcando la puerta de acceso se disponen los frescos que representan la lanzada del centurión Longinos; y finalizando el discurso se representa la escena del descendimiento del cuerpo muerto de Cristo.