El poscamarín, aunque simbólicamente es el la ultima de las tres estancias que culminan nuestra visita, comenzamos aquí por ser el lugar por el que hemos accedido,lo primero que nos sorprende son sus paredes decoradas con unos impresionantes frescos ejecutados por los mas destacados pintores de la Granada del siglo XVIII, Juan de Medina y José Hidalgo siguiendo las directrices del fraile mercedario Baltasar de la Pasión. Precisamente este espacio en el que nos encontramos está dedicado a la Pasión y Muerte del Señor…
El poscamarín, aunque simbólicamente es el la ultima de las tres estancias que culminan nuestra visita, comenzamos aquí por ser el lugar por el que hemos accedido,lo primero que nos sorprende son sus paredes decoradas con unos impresionantes frescos ejecutados por los mas destacados pintores de la Granada del siglo XVIII, Juan de Medina y José Hidalgo siguiendo las directrices del fraile mercedario Baltasar de la Pasión. Precisamente este espacio en el que nos encontramos está dedicado a la Pasión y Muerte del Señor. Si tomamos como referencia la escalera que da acceso al Camarín y contemplamos las obras pictóricas desde nuestra izquierda vemos un momento reflejado que a simple vista no reconoceremos con facilidad, se trata de una devoción piadosa y totalmente apócrifa muy antigua, hoy desaparecida, que tuvo mucho arraigo en el siglo XVII, nos estamos refiriendo al “ Despedimiento “ o sea a la despedida de Jesus a su madre antes de ir a padecer los sufrimientos de la Pasión, observamos a Jesus sentado frente a la Virgen en actitud de explicacion y en todo el alrededor de ambos personajes podemos fijarnos en la presencia de distintos atributos que fueron martirio fisico del Señor. A continuación y despues de la ventana continua el mensaje de las pinturas, pero antes fijense en el espectacular crucificado de marfil que preside la mesa, un Cristo de los denominados “ jansenita “ por la posición tan elevada y paralela de los brazos en la cruz. La siguiente pintura mural es la aflicción de la Virgen Maria, representada en una Vigen sedente y dolorosa con mirada perdida en la representación de la “ transfixión “, esto es el primer dolor dolor de la Virgen, simbolizado en esa espada que la imagen tiene clavada en el corazón, esta obra hace alusión a la primera advocación de la Hermandad y ademas se entrelaza con el significado de una de las pinturas del antecamarín, despues veremos el por qué. Continuamos con la escena evangelica de la coronación de espinas a Jesus tras su flagelación. En el centro de las paredes de este lugar vemos el escudo de la Hermandad escoltado por dos ángeles pasionistas arrodillados y llorando. Debemos de detenernos en la urna barroca que tenemos ahora mismo delante y que guarda una imagen muy poco común de San Juan de Dios, exactamente representa cuando el 20 de enero de 1538 escuchó predicar a San Juan de Avila y fue tal el impacto de esas palabras que estuvo varios días comportándose como un loco. El encuentro de Jesus con la Virgen, camino del Calvario y cargando con la cruz es la siguiente escena. Hasta llegar al giro completo sobre nuestro eje y contemplar la lanzada del centurión Longinos en la pintura que enmarca toda la puerta por la que hemos accedido. Para finalmente situarnos a la derecha de la escalera que hemos tomado como referencia y contemplar el momento del descendimiento del cuerpo muerto de Cristo.